jueves, 12 de abril de 2012

3:15 (Amanda, es hora de despertar)

Escucha esa canción

que le dice su verdad,

que conoce su habitación,

y recuerda el beso robado

en ese extraño auto,

con la llave cerca del corazón.

Grita dentro de su casa cerrada, pero no

se victimiza ni reprocha, como

el poeta culpable y niñita que una vez oyó.


Nada la puede tocar, y mientras, se pierde de ella,

quiere lo único, que la jaula no le deja amar.


La ambivalencia, violenta degeneradora

de ideas, de estabilidad,

el carcelero y ella,

la sutil diferencia entre mentalidad y biología.

Un amante fugaz,

que le haga olvidar,

que se libre del guardian...

ella quiere la unica persona que no puede tener.


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